Es el estado de completo bienestar físico, mental y social, en los aspectos relativos a la sexualidad y la reproducción en todas las etapas de la vida. No es por tanto una mera ausencia de enfermedades o dolencias. La salud reproductiva implica que las personas puedan tener una vida sexual segura y satisfactoria, la capacidad de tener hijos y la libertad de decidir si quieren tenerlos, cuándo y con qué frecuencia (derechos reproductivos). Tanto el hombre como la mujer tienen derecho a estar informados y tener acceso a métodos de regulación de la fertilidad seguros, eficaces y asequibles así como a disponer de servicios accesibles de planificación familia y salud pública que permitan la adecuada asistencia profesional a la mujer embarazada y permitan que el parto se produzca de forma segura y garantice el nacimiento de hijos sanos.
OBJETIVOS DE DESARROLLO
Para seguir el progreso mundial hacia la consecución del objetivo de acceso universal a la salud reproductiva para 2015, la ONU ha establecido los siguientes indicadores:
- Tasa de mortalidad materna
- Proporción de partos con asistencia de personal sanitario especializado
- Tasa de prevalencia de anticonceptivos
- Tasa de embarazos adolescentes
- Cobertura de atención prenatal
- Necesidad insatisfecha de planificación familiar
La estrategia sanitaria de salud sexual y reproductiva en el marco del modelo de atención integral.
La salud sexual y reproductiva abarca todo el ciclo de vida de las personas: desde la vida intrauterina, infancia, adolescencia hasta la edad del adulto y adulto mayor. La salud sexual y reproductiva de las personas, está en estrecha relación con su entorno familiar, social y su medio ambiente, para alcanzarla y conservarla se requiere de acciones de atención integral específicas y diferenciadas tanto de promoción, prevención, recuperación y rehabilitación en cada una de estas etapas, debido a que las necesidades en el área sexual y reproductiva son cambiantes según las etapas del ciclo de vida.
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