sábado, 22 de septiembre de 2012

MALPOSICIÓN DE LOS DIENTES


Para que una dentadura se considere ideal, debe cumplir diversos requisitos:
ha de tener una dimensión proporcionada a la de los maxilares, y las piezas que la componen tienen que encontrarse al mismo nivel, en una posición uniforme, sin entrecruzarse
dispuestas simétricamente en ambas arcadas dentarias, de tal modo que la superior cubra ligeramente la inferior cuando se cierra la boca. 



Son muchos requisitos, y por ello es difícil ver dentaduras perfectas.
 En cambio, es bastante común que los dientes estén desviados, exageradamente separados o, por el contrario, superpuestos, apiñados.
Estas son formas habituales de malposición, aunque no las únicas porque los defectos pueden ser muy variados y más o menos acentuados.
Aparentemente se trata de un problema estético, pero en realidad la malposición puede implicar algunos problemas más graves.
Por todo ello deben corregirse los defectos de posición de los dientes, y de este aspecto se ocupa la rama de la odontología denominada ortodoncia.

¿Qué pasa con los malos hábitos?En el origen de la malposición de los dientes pueden estar involucrados diversos factores. algunos de los cuales son constitucionales 0 hereditarios y no se pueden prevenir.

Pero lo más común es que el defecto se deba a la persistencia de malos hábitos durante la infancia de conductas que dificultan la salida normal de los dientes o que provocan su desplazamiento:
 por ejemplo que el niño se chupe el dedo repetidamente hasta edades avanzadas que use durante demasiado tiempo chupetes no anatómicos que respire habitualmente por la boca que se acostumbre a meter la lengua entre ambas arcadas dentarias...
 Se trata pues de factores que pueden evitarse fácilmente antes de que den lugar a desviaciones de los dientes que después requerirán un tratamiento más o menos complejo.
Vale la pena que los padres lo tengan en cuenta por ejemplo eligiendo un chupete de forma adecuada o controlando que los niños respiren bien.

Consejos prácticos
¿Cuándo iniciar el tratamiento?
La corrección de la malposición de los dientes es mucho más fácil y efectiva en la infancia o en la primera juventud que durante la edad adulta, cuando ya la movilización de los dientes mediante el uso de aparatos de ortodoncia resulta más difícil e incluso más molesta.

Sin embargo, tampoco conviene iniciarla a edades muy precoces, cuando todavía no se ha completado la sustitución de los dientes temporales por los permanentes, ni los huesos maxilares han completado su desarrollo.

¿Cómo se coloca y se mantiene un aparato fijo?La colocación del aparato fijo requiere gran habilidad por parte del especialista, pero no supone ninguna molestia para el niño.


1.- Tras limpiar y secar cuidadosamente la superficie de los dientes, el odontólogo pega las abrazaderas que hacen de soporte para el alambre con un cemento especial que las fija firmemente al esmalte dental.

2.- Sobre las ranuras de las abrazaderas se fija un arco de alambre de acero que impone progresivamente la forma de la dentadura, así como pequeños lazos de caucho o resortes para aproximar o separar los dientes.
 En las sesiones periódicas se efectúan las oportunas modificaciones para ajustar el aparato y variar su acción a medida que la malposición se va corrigiendo.

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